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Publicado: Viernes, 23 November 2012 13:44
Cubadebate
El método cubano de alfabetización “Yo, sí puedo” ha enseñado a leer y a escribir a más seis millones de personas en 28 países, según confirmó el director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Educación (MINED), Alfredo Díaz.
El funcionario destacó la importancia del programa, al haber contribuido a disminuir y erradicar el analfabetismo en muchas regiones del mundo.
Durante una conferencia de prensa, Díaz señaló que se trabaja constantemente para perfeccionar el programa así como para adaptarlo a las necesidades de los territorios donde se utiliza. En este sentido, agregó, el método se aplica enriquecido con complementos agregados, pues se tratan temas como la violencia, el enfoque de género, entre otros.
El directivo apuntó que Yo, sí puedo también se ha desarrollado para trabajar con personas discapacitadas.
Recientemente, el método recibió el premio Mestres 68, otorgado en Calatunya, España, por un conjunto de instituciones como la Universidad de Girona y la Asociación de Maestros Rosa Sensat.
El reconocimiento se sustenta en el compromiso del programa a favor de los sectores desfavorecidos de la sociedad y en su metodología didáctica del aprendizaje de la lectura-escritura como proceso de formación crítica y liberadora, publicaron varios sitios digitales.
Además, ganó el Premio Alfabetización 2006 Rey Sejong de la UNESCO.
El diseño del método tiene como base la experiencia cubana de la campaña de alfabetización en 1961, con la cual se alfabetizó a más de 707 mil habitantes.
En solo un año, la tasa de analfabetismo del país quedó reducida al 3,9 por ciento, el cual incluyó a los impedidos físicos y mentales, a personas de muy avanzada edad y a 25 mil haitianos que no hablaban el idioma español.
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Publicado: Martes, 22 November 2016 17:00
Por Raúl Medina Orama - Publicado en la Edición Impresa de la revista Bohemia, del 11 de noviembre de 2016
Los estudiantes de música conocen de primera mano las afectaciones del bloqueo a la enseñanza artística y la cultura cubanas. (Foto: Yasset Yerena)
A las escuelas de arte también llega la agresión y el bloqueo que ha dañado la cultura cubana. Desde la emigración, cubanos solidarios también la sufren y la combaten
Esa bestia apaleada en la ONU -pero vivísima- que es el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos, muerde duro a la cultura cubana. Tomemos como ejemplo solo una de las manifestaciones artísticas: según informe del Ministerio de Cultura –en el que se compilan las afectaciones entre marzo del 2015 y marzo del 2016- el Instituto Cubano de la Música estima que el potencial de exportación de sus agrupaciones musicales en el mercado de E.E.U.U. pudiera alcanzar los 5 millones de dólares anuales, si no existieran las restricciones. En la empresa de promociones artísticas y literarias Artex S.A. consideran que si muriera el bloqueo, ellos podrían generar ingresos por 8 millones de dólares al año.
Marcela Rodríguez es estudiante de violín en el Conservatorio Amadeo Roldán, de La Habana. Todavía no tiene contratos, ni discos, pero tampoco escapa a la agresión. Explicó a BOHEMIA cómo la política trazada en Washington D.C. lastima su carrera y la de sus 307 compañeros de estudio, cuando apenas comienza: “las mejores cuerdas para mi instrumento pueden costar hasta 70 CUC en el mercado informal. Por lo general en la escuela nos las garantizan, pero tenemos que cambiarlas cuando empiezan a deteriorase y aquí debemos esperar a que se rompan o a que tengamos que participar en un evento importante”
Según el saxofonista de cuarto año Jorge Sergio Ramírez Prieto, “se hace difícil conseguir las zapatillas, que son unas almohadillas que sellan el paso del aire para lograr distintas notas; sobre todo escasean las cañas -pieza de madera que permite la emisión del sonido-, porque sufren mucho desgaste”.
Por lo general un saxofón como el que sostiene Jorge Sergio, precisa alrededor de 25 zapatillas. El director de la institución, Enrique Rodríguez Toledo, nos dijo que un juego de estos dispositivos puede valer entre 40 o 50 dólares, y debido a la humedad del clima no resisten mucho tiempo de uso en Cuba.
Rodríguez, trompetista y también subdirector de la Orquesta Sinfónica Nacional, habló sobre los malabares que deben hacer las instituciones culturales para contribuir a la vitalidad de la música cubana, lo mismo en las escuelas que en una orquesta de alto nivel. “Las mejores cuerdas, las D'addario, son norteamericanas. Hay que comprarlas en otro lugar, aun precio más caro. Sucede con casi todos los accesorios porque los principales fabricantes están en Estados Unidos o son propietarios de compañías ubicadas en otros países. Para adquirir los productos tienes que darle la vuelta al mundo”, afirmó.
Por ahora, la mayoría del abastecimiento lo gestiona el Centro Nacional de Escuelas de Arte (Cneart) gracias a un crédito otorgado por China que da facilidades para la compra en ese país, aunque según el director del Amadeo Roldán los instrumentos no tienen la mejor calidad. No es la única manera de resolver los medios para estudiar música, pues difícilmente quepan todas las necesidades y contingencias que suceden en la enseñanza artística en las solicitudes que hacen los centros educacionales al Ministerio. También ayuda la gestión personal de alumnos y familiares, así como la solidaridad de organizaciones no gubernamentales y músicos profesionales, cubanos y también foráneos.
De tal manera se intenta desde hace algún tiempo cambiar el piano de cola del conservatorio, un vetusto Estonia soviético, que según Enrique Rodríguez Toledo se encuentra en la sala de conciertos de la institución desde los años 70.
“Esta es una de las carreras más costosas. Un piano de cola nuevo cuesta entre 90 mil y 100 mil dólares. El país ha traído pianos para la escuela, pero de los verticales, más baratos. Un pianista clásico necesita para su clase uno de cola y el que tenemos aquí ya no está en buenas condiciones”, argumentó.
Para que los reporteros de BOHEMIA entendieran de qué hablaba, levantó la pesada tapa de la caja de resonancia del piano: “Aquí adentro está el clavijero, que es donde se afina tensando las cuerdas. Tiene mucho desgaste por la fricción”.
“Esto ha aguantado cantidad, y sigue”, dijo el director del conservatorio mostrando su viejo piano de cola. (Foto: Yasset Yerena)
El Estonia del Conservatorio Amadeo Roldán se ha utilizado durante más de 30 años, tanto para las clases como para conciertos. En la misma banqueta con la que vino del otro lado del mundo se han sentado algunos de los mejores pianistas del país, y ya llega el momento en el que no se podrá afinar.
En Washington no creen en pianos
La organización Cubanos en UK promueve en el Reino Unido la solidaridad de los emigrados con su país natal. (Foto: cubanos.org.uk)
Daniesky Acosta, cubano diseñador gráfico y editor de videos residente en el Reino Unido, leyó atónito el mensaje electrónico que le enviaban de Eventbrite, la plataforma digital que permite planificar, promover y vender entradas para eventos en 190 países:
“Nuestro banco nos ha notificado que el pago correspondiente a su evento ha sido bloqueado conforme a las regulaciones y programa de sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) [del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos]”.
La OFAC se lanzó sobre 360 libras esterlinas apenas, obtenidas por la venta de papeletas para un concierto de recaudación de fondos en marzo de este año, que tenía como objetivo comprar y enviar un piano de cola a Cuba. La idea de donar el instrumento al Conservatorio Amadeo Roldán fue de Eralys Fernández, otra cubana, pianista residente en Londres y ex estudiante de la institución habanera. Daniesky Acosta se le sumó, como coordinador principal de la organización de emigrados Cubanos en UK (United Kindom, Reino Unido).
“Decidimos apoyar su iniciativa y lanzamos una campaña de recaudación de fondos por Internet con el nombre Envía un piano a Cuba. También hemos organizado varios conciertos benéficos con la participación voluntaria de artistas cubanos residentes en Gran Bretaña, artistas ingleses y de otros países. Para nuestra sorpresa la respuesta ha roto todas las expectativas en cuanto a la solidaridad que hemos recibido”, responde el joven activista a BOHEMIA.
- ¿Qué hicieron luego de que bloquearon los fondos conseguidos mediante Eventbrite? ¿En qué momento se encuentra la iniciativa de donación?
- Quienes crecimos bajo el impacto del bloqueo suponemos que conocemos todo sobre él. Esta experiencia nos ha hecho entender un poco más la complejidad de esa política de E.E.U.U. hacia nuestro país. Tiene un carácter extraterritorial que viola incluso las leyes de terceros países, entre estas las de Gran Bretaña y el resto de las naciones europeas. Según las propias leyes de este país y la Unión Europea: ‘no existen regímenes de sanciones del Reino Unido, la UE o la ONU que restrinjan las transacciones entre el Reino Unido y Cuba. Los EE.UU. mantienen sanciones económicas contra Cuba. Sin embargo, la Legislación de la Unión Europea (Reglamento (CE) nº 2271/96) proporciona protección contra y contrarresta los efectos de la aplicación extraterritorial de las sanciones de Estados Unidos a Cuba, dentro de la UE’. La plataforma eventbrite.co.uk en el Reino Unido debería cumplir con las regulaciones británicas, pero este no es el caso.
“A pesar de nuestras quejas y cartas escritas a las autoridades competentes y parlamentarias en el Reino Unido, las respuestas han sido comprensivas, pero pasivas. Son pocos o ninguno quienes se atreven a desafiar estas políticas y regulaciones de EE.UU.”.
- ¿Habrá alguna otra iniciativa similar de Cubanos en UK?
Ya logramos comprar un piano de segunda mano, pero en óptimas condiciones (C. Bechstein, piano de cola, 7 pies, 8 pulgadas). Hasta ahora hemos recibido 3,390 libras esterlinas de donación. Todavía estamos recaudando el dinero que nos costará enviar el piano desde Londres a La Habana, y esperamos que se agilicen los trámites correspondientes.
“El próximo evento del proyecto será la muestra – el 9 de diciembre en Glasgow, Escocia- del documental Tuning with the enemy, sobre el ciudadano norteamericano Benjamin Treuhaft, quien donó pianos a Cuba, desafiando las leyes del bloqueo, durante los años noventa.
“También hemos recibido una donación de Jill Furmanovsky, reconocida fotógrafa inglesa: una imagen del famoso músico Sting y otra de Andy Summers, también exintegrante de The Police. Ambas fotografías, firmadas por los artistas, salen a subasta junto con un libro de Jill, para contribuir al proyecto. Además, en enero próximo tenemos previsto otro concierto en Londres con la participación del conocido pianista Marcos Madrigal, también exestudiante del Conservatorio Amadeo Roldán y la cantante de ópera Ann Liebeck, colaboradora habitual con Cuba.
“Creo que es importante que continúen la solidaridad y las colaboraciones. Como cubanos lo vemos como un deber para con nuestra patria. Envía un piano a Cuba es nuestro primer intento de ayudar como organización, y ha sido una experiencia extraordinaria”, afirmó.
Daniesky Acosta está decidido a ayudar a su país natal en todas las formas posibles. Aun cuando termine el bloqueo, considera, tomará mucho tiempo para que podamos recuperarnos de los daños causados. Mientras, en el Capitolio de Washington D.C. continúan sordos, ya no a la música, sino al concierto de naciones que piden el cese de la injusticia.